La elección del Bien, en la libertad de albedrío, permite dar un ‘salto cuántico’ en la espiral de la conciencia, que favorece todo el desarrollo humano. Esta conquista de la mente, sobre la materia, en la libertad de elegir, da resonancia al proyecto ‘ Hombre’, con un despertar de las masas, a una nueva esperanza. Los significantes de la fe cobran significado con cada elección por el Bien, dando, con hechos, significancia a lo que se piensa. Este recurso de transformación eleva la evolución de la mente, a nuevas dimensiones de entendimiento, en el proceso continuo de creación y re-creación.
En 1980, el físico francés, Alain Aspect demostró que existe comunicación simultanea, entre partículas sub-atómicas. David Bahm, físico londinense, ya hablaba de esta viabilidad, determinada por los ‘espacios’ entre las partículas. Michael Talbot abre el co-efecto de la causalidad en la comunicación, a la simultaneidad de realidades entre el macro y el micro-cosmos. Esta simultaneidad se refleja, en la realidad como holograma, donde la ‘parte’ (átomo), contiene al ‘todo’ (cosmos). Siguiendo esta analogía, lo que afecta al ser humano, afecta al ‘universo’. Es la conciencia humana la que determina la viabilidad de lo ‘realidad’. Karl Pribam lo describe con la analogía del cerebro como holograma, donde la integración personal podría, incluso, sanear al cosmos.
La interconexión entre todo lo que existe re-dimensiona la responsabilidad que tienen los actos individuales y su efecto sinérgico en el Todo. Reaparece la importancia de la dignidad personal, en la esperanza de incidir en el impacto reverberante de cada decisión.
Sir Laurens Van Der Post, filósofo sud-africano habla de la inter-conectividad en el tejido espiritual de la humanidad. Desgraciadamente en este intercambio, lejos de apuntalar la sinergia de la esperanza, la bondad, la comprensión, el entendimiento y el perdón, aumenta el flujo de desesperanza, miedo, destrucción, y caos. Por ello aumenta la culpa, la avaricia, la envidia y el resentimiento con cada toma de decisión.
Theodore Rozsak describe al trayecto de cada vida como una oportunidad de anclaje para el universo. Destaca como, cada persona, comparte con la humanidad, la totalidad del tiempo, reviviendo en cada vida, el re-ordenamiento de 15 billones de años de evolución. De forma que, en nuestra sangre corre sal, remanente de los mares, de donde surgió la vida; en nuestras células se integran, genéticamente, minerales restantes de explosiones de estrellas de hace milenios. Simultáneamente en el presente, existen organismos unicelulares, multicelulares, peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, homínidos, hombres, avatares, cristos y budas de conciencia universal, todos, producto de una misma evolución.
Predicciones de los Mayas, Sumerios, Babilonios , Egipcios, y Chinos confluyen en estimar que para el 21 de diciembre del año 2012, se augura un re-nacimiento del ciclo de la vida. Esto se describe a nivel astrológico, con el hecho de que el planeta Tierra saldrá de la órbita del rayo solar dentro del que se ha desplazado, desde aproximadamente 3110A.C., para re-alinearse en el ecuador de la galaxia. Con ello, se elevará la frecuencia vibratoria de la existencia. Greg Branden futuriza, explayando los efectos que tendría esta traslocación: la rotación del planeta tardará más tiempo; la fuerza magnética declinará; desde la ionósfera hasta la tierra, aumentará la resonancia base, de la frecuencia de vibración; se acortará el tiempo entre la concepción de una idea y su realización, brechando la distancia entre el pensar y el hacer.
Desgraciadamente, nos resistimos a reparar, rectificar, y realinear el rumbo del mundo a la ‘Vida’. Bertrand Russell decía que “la resistencia a una idea es directamente proporcional a la magnitud de su importancia”. Quizá por ello, la humanidad se resiste a valorar la importancia que tiene la libertad de albedrío. Todos estamos interconectados. Lo que tu decides, me afecta; lo que yo decido, te afecta. Todos somos co-responsables en la decisión de elegir el Bien sobre el Mal.
El físico danés, Neil Bohr, galardoneado por del Premio Nobel, demostró que las órbitas de las partículas sub-atómicas, conocidas como ‘cuantum’, saltan de órbita en órbita sin seguir un patrón linear pre-determinado. Su movimiento al azhar no se sujeta a leyes, sino que sigue una libertad de ordenamiento, auto-determinado. Cada momento es diferente. Cada momento está abierto a la creatividad de alternativas nuevas. El futuro no está pre-determinado.
El colapso de lo ‘posible’ a lo ‘actual’ depende de la elección. Para que esta elección trascienda del ‘Mal? al ‘Bien’se requiere:
CLARIDAD DE VISION- capacidad de discernir entre el ‘Bien’ y el ‘Mal’.
PUREZA DE INTENCION- motivación alineada a una conciencia superior.
INTROSPECCIÓN CREATIVA- silencio interior abierto a decidir entre escenarios alternos
CONGRUENCIA- entre los filtros de la percepción y la conciencia sentimental, racional, emocional y espiritual.
Para despertar el potencial de la conciencia social de todo el mundo, sólo se requiere que un porcentaje mínimo de individuos decidan dar un salto cuántico en el desarrollo de la conciencia, reasignando significado e intencionalidad a la libertad de albedrío.
Tus decisiones concientes podrían integrar la congruencia del Bien, al Universo. De ti depende. Eres libre de elegir.
En 1980, el físico francés, Alain Aspect demostró que existe comunicación simultanea, entre partículas sub-atómicas. David Bahm, físico londinense, ya hablaba de esta viabilidad, determinada por los ‘espacios’ entre las partículas. Michael Talbot abre el co-efecto de la causalidad en la comunicación, a la simultaneidad de realidades entre el macro y el micro-cosmos. Esta simultaneidad se refleja, en la realidad como holograma, donde la ‘parte’ (átomo), contiene al ‘todo’ (cosmos). Siguiendo esta analogía, lo que afecta al ser humano, afecta al ‘universo’. Es la conciencia humana la que determina la viabilidad de lo ‘realidad’. Karl Pribam lo describe con la analogía del cerebro como holograma, donde la integración personal podría, incluso, sanear al cosmos.
La interconexión entre todo lo que existe re-dimensiona la responsabilidad que tienen los actos individuales y su efecto sinérgico en el Todo. Reaparece la importancia de la dignidad personal, en la esperanza de incidir en el impacto reverberante de cada decisión.
Sir Laurens Van Der Post, filósofo sud-africano habla de la inter-conectividad en el tejido espiritual de la humanidad. Desgraciadamente en este intercambio, lejos de apuntalar la sinergia de la esperanza, la bondad, la comprensión, el entendimiento y el perdón, aumenta el flujo de desesperanza, miedo, destrucción, y caos. Por ello aumenta la culpa, la avaricia, la envidia y el resentimiento con cada toma de decisión.
Theodore Rozsak describe al trayecto de cada vida como una oportunidad de anclaje para el universo. Destaca como, cada persona, comparte con la humanidad, la totalidad del tiempo, reviviendo en cada vida, el re-ordenamiento de 15 billones de años de evolución. De forma que, en nuestra sangre corre sal, remanente de los mares, de donde surgió la vida; en nuestras células se integran, genéticamente, minerales restantes de explosiones de estrellas de hace milenios. Simultáneamente en el presente, existen organismos unicelulares, multicelulares, peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, homínidos, hombres, avatares, cristos y budas de conciencia universal, todos, producto de una misma evolución.
Predicciones de los Mayas, Sumerios, Babilonios , Egipcios, y Chinos confluyen en estimar que para el 21 de diciembre del año 2012, se augura un re-nacimiento del ciclo de la vida. Esto se describe a nivel astrológico, con el hecho de que el planeta Tierra saldrá de la órbita del rayo solar dentro del que se ha desplazado, desde aproximadamente 3110A.C., para re-alinearse en el ecuador de la galaxia. Con ello, se elevará la frecuencia vibratoria de la existencia. Greg Branden futuriza, explayando los efectos que tendría esta traslocación: la rotación del planeta tardará más tiempo; la fuerza magnética declinará; desde la ionósfera hasta la tierra, aumentará la resonancia base, de la frecuencia de vibración; se acortará el tiempo entre la concepción de una idea y su realización, brechando la distancia entre el pensar y el hacer.
Desgraciadamente, nos resistimos a reparar, rectificar, y realinear el rumbo del mundo a la ‘Vida’. Bertrand Russell decía que “la resistencia a una idea es directamente proporcional a la magnitud de su importancia”. Quizá por ello, la humanidad se resiste a valorar la importancia que tiene la libertad de albedrío. Todos estamos interconectados. Lo que tu decides, me afecta; lo que yo decido, te afecta. Todos somos co-responsables en la decisión de elegir el Bien sobre el Mal.
El físico danés, Neil Bohr, galardoneado por del Premio Nobel, demostró que las órbitas de las partículas sub-atómicas, conocidas como ‘cuantum’, saltan de órbita en órbita sin seguir un patrón linear pre-determinado. Su movimiento al azhar no se sujeta a leyes, sino que sigue una libertad de ordenamiento, auto-determinado. Cada momento es diferente. Cada momento está abierto a la creatividad de alternativas nuevas. El futuro no está pre-determinado.
El colapso de lo ‘posible’ a lo ‘actual’ depende de la elección. Para que esta elección trascienda del ‘Mal? al ‘Bien’se requiere:
CLARIDAD DE VISION- capacidad de discernir entre el ‘Bien’ y el ‘Mal’.
PUREZA DE INTENCION- motivación alineada a una conciencia superior.
INTROSPECCIÓN CREATIVA- silencio interior abierto a decidir entre escenarios alternos
CONGRUENCIA- entre los filtros de la percepción y la conciencia sentimental, racional, emocional y espiritual.
Para despertar el potencial de la conciencia social de todo el mundo, sólo se requiere que un porcentaje mínimo de individuos decidan dar un salto cuántico en el desarrollo de la conciencia, reasignando significado e intencionalidad a la libertad de albedrío.
Tus decisiones concientes podrían integrar la congruencia del Bien, al Universo. De ti depende. Eres libre de elegir.